Paraíso entre frutales
La ruta acompaña al último tramo aragonés del río Ebro en un paisaje dominado por la huerta y los árboles frutales
Entre ellos los melocotoneros y los olivos, éstos últimos amparados por la Denominación de Origen Aceite del Bajo Aragón.
Empezamos nuestro camino en Pina de Ebro, Gelsa y Quinto, capital de la comarca Ribera Baja del Ebro, con la compañía de un buen aceite y la terminaremos en la desembocadura del Matarraña. Comenzamos
en la localidad de Quinto donde se elabora el Aceite Vegabonastre que supone un buen punto de partida para la ruta, oro líquido bajo la D.O. Aceite del Bajo Aragón.
Continuamos por la carretera autonómica A-221 durante 13 kilómetros hasta La Zaida, donde el olivo sigue siendo el gran protagonista de un paisaje marcado por los meandros del Ebro.
A tres kilómetros, en dirección hacia Caspe, tomamos el desvío a la izquierda (CP-16) que conduce a Cinco Olivas. Aquí llama la atención el edificio rehabilitado del molino aceitero de la localidad, a orillas del río. Data del siglo XVI y se utilizaba para generar la energía necesaria para moler las aceitunas. En la localidad de Alborge, muy cerca de Cinco Olivas, podemos encontrar otro molino aceitero y un molino harinero. Se accede por la carretera VP-30, cogiendo el desvío por la CV-411, cruzando el río.
En Chiprana, las fincas de frutales forman parte de la identidad del paisaje pero también se elabora miel como la Miel Monte Aragón producida por Mª Luisa Gracia y que se puede adquirir en la localidad.
El siguiente pueblo que sale a nuestro encuentro es Caspe, cabecera de la comarca del Bajo Aragón-Caspe, donde nos adentramos en la D.O. Aceite del Bajo Aragón junto con Fabara y Maella. Caspe ha vivido
volcada en las aceitunas ya que era la mayor zona productora de aderezo de aceituna en Aragón.
Un ejemplo de esta actividad la encontramos en Aceitunas y Encurtidos Molina con una elaboración más artesanal y en Aceitunas Acemar en versión más industrial.
Las aguas del embalse de Mequinenza riegan una rica huerta donde no puede faltar el tomate fresco, aunque la especialidad local es el tomate seco, no muy conocido, pero un bocado exquisito.
Entre las fincas frutales destaca el melocotón de diferentes variedades incluyendo la D.O. Melocotón de Calanda, donde encontramos la original técnica del embolsado del melocotón. Otra fruta que destaca es la cereza, ya que nos encontramos en la mayor zona productora de Aragón y en la que se experimentó con variedades tempranas de dicha fruta. Dos empresas son productoras de aceite y frutas como Frutícola Bajo Aragonesa y la Cooperativa Frutícola Compromiso de Caspe.
En Caspe tampoco podemos olvidar los quesos y productos lácteos artesanos de Los Arcos, empresa familiar que elabora con leche de ganado de su propia granja. En repostería destacamos la famosa Torta de Balsa que podemos encontrar en Panaderías Agrupadas de Caspe.
En el entorno de Caspe se ubica el embalse de Mequinenza, conocido como el Mar de Aragón donde merece la pena visitar el Museo de la Pesca de Caspe. El centro muestra la evolución del oficio tradicional reflejo del desarrollo socio-económica de toda la ribera.
A 21 kilómetros de Caspe por la A-221 se encuentra Maella, localidad famosa de nuevo por el aceite y el melocotón, aunque la variante más importante será el vino. La bodega Vinos Montaner comercializa sus botellas en una tienda dentro del pueblo y sus caldos pertenecen a Vinos de la Tierra del Bajo Aragón.
En Maella existen tres almazaras con un magnífico aceite, pero quizá Alcañiz Millán es la que lo elabora de forma más tradicional y ecológica.
Esta localidad también es una gran productora de Melocotón de Calanda hasta el punto que es referencia en el sector con la celebración anual de la Feria del Melocotón y Productos de la Tierra en el mes de septiembre. Las dos empresas productoras son Frutícola Maellana y la Sociedad Cooperativa San Lorenzo que, además, elaboran vino y aceite de oliva virgen extra con denominación de origen.
Por último, la cocina maellana cuenta con muchos productos tradicionales como farinetes, crespilloso y la conocida sartané.
Continuando por la A-2411 llegamos a Nonaspe, donde podemos hacer una visita al Museo Etnológico de la localidad. El museo se divide en tres plantas donde se recrean distintos ambientes de una casa de labradores con los instrumentos que utilizaban para su trabajo.
Para finalizar nuestra ruta proseguiremos por la CV-923 y a continuación cogemos la CV-922, después de 11 kilómetros seguimos por la A-1141 hasta la CP-15 donde tras 29 kilómetros llegamos a la N-II que nos
lleva directamente hasta Mequinenza.
En la localidad de Mequinenza volvemos a fijarnos en el aceite de oliva, cuya producción en este municipio está acogida a la D.O. Aceite del Bajo Aragón. La empresa Aceite de Oliva Virgen Extra Mequinenza elabora este exquisito producto y tiene un especial interés en dar a conocer la cultura del aceite mostrando el molino donde se elabora.
Concluimos la ruta con una dulce propuesta en Mequinenza, la panadería de Antonio Javier Fernández elabora, entre otros productos, los exquisitos almendrados del lugar.