Las comarcas de Veruela y el Moncayo poseen una tupida red de caminos y senderos espectacular, como corresponde a un espacio geográfico marcado por la sierra Ibérica y la cumbre del Moncayo.
La vida extramuros del monasterio de Veruela
De una manera esquemática se puede entender la vida del Monasterio en dos vertientes complementarias: en primer lugar aquellas actividades que se desarrollaban dentro de recinto y en segundo lugar aquellas otras
que transcurrían por las comarcas de Tarazona y el Moncayo, y Campo de Borja. Este esquema se produce desde el mismo momento de la fundación del Monasterio y viene condicionado por su momento histórico.
El Reino de Aragón, como otros reinos cristianos durante la Reconquista, comenzó a formarse de norte a sur, desde tierras pirenaicas con Ramiro I, que unió los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza (año 1035).
Sucesivos reyes fueron ampliando su territorio mediante guerras de conquista, de forma que Alfonso I reconquistó el reino taifa de Zaragoza y, más tarde, Alfonso II se convirtió en el primer rey de la Corona de Aragón.
En tierras de Aragón, a partir del siglo XII, la repoblación fue dirigida por nobles y eclesiásticos y era necesario proteger el nuevo territorio conforme iba siendo conquistado, para lo cual se otorgaban también fueros a
ciudades fronterizas. Resultaron un instrumento eficaz para asegurar las nuevas fronteras, atraer y asentar población que revalorizara las tierras recién conquistadas a los musulmanes y con ello ayudar a la creación de
nuevas fuentes de riqueza.
Lógicamente el entramado social de la nueva situación histórica tendía a reproducir el mismo modelo existente de los reinos cristianos, pero marcado con un punto de partida como fue la llegada de los nuevos pobladores
dentro de un status favorable.
El Monasterio de Veruela en la Edad Media se convirtió en señorío feudal, del que llegaron a depender algunos de los pueblos como Vera de Moncayo, Alcalá, Litago, Bulbuente, Ainzón y Pozuelo de Aragón, que lo circundan, y que lógicamente se enlazaban mediante caminos.
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La red de caminos: del Monasterio de Veruela a sus pueblos
Las comarcas de Tarazona y el Moncayo y Campo de Borja poseen una tupida red de caminos como corresponde a un espacio geográfico marcado por la sierra Ibérica y la cumbre del Moncayo.
Con independencia de su valor en sí mismos, estos caminos tienen el devenir milenario del cumplimiento de las actividades del Monasterio con sus pueblos.
Poseen y contagian armonía y equilibrio y, sin duda, su transitar influyó en la cimentación de una nueva estructura social desde sus mismos orígenes. Tradicionalmente trascurren en un territorio al que le gusta la paciencia que huye de las prisas y que inspira una forma de trabajar y de vivir singular. El Moncayo se nos presenta diferente por la luz que le ilumina, por el viento que lo peina, por su vestido de nieve que tiene mil formas y por los adornos en forma de nubes con que caprichosamente viste su pico y sus laderas.
El recorrer de estas rutas, gracias a la orografía, nos permite ver el Monasterio desde todas las alturas y distancias y disfrutar del juego encantado de una imagen siempre buscada por la retina entre la obra de la naturaleza y la del hombre, en un movimiento cambiante y eterno.
Sus trayectos nos permiten descubrir la cara menos conocida de los pueblos, la vista del paseante por caminos sin tráfico habitual. Nos ofrecen la vista de las construcciones más humildes desde el punto de vista a económico o social como son las cuadras, graneros o lavaderos, inmutables al levantarse sobre terrenos desvalorizados por la modernidad.
Su prodigiosa memoria, los recuerdos de los quehaceres del día a día y los sentimientos vividos sumergidos en este mundo del Monasterio de Veruela junto al Moncayo nos han permitido descifrar el código que sólo quienes han crecido en los caminos pueden conocer con plenitud.
“Cuando acabas los caminos es obligado sacudirse el polvo pero cuando
reemprendas tu vuelta te darás cuenta de que no sólo has limpiado tu
ropa sino que has aireado tu alma”
Gustavo Adolfo Bécquer